Hola a
tod@s!!
voy a contaros una anécdota sobre una dificultad que Ian, por haberla
convertido en su peculiar forma de hacer las cosas, se resistía a cambiar.
También os contaré la forma en que he logrado cambiar este error de acción. Lo
cierto es que he unido, la comprensión y la calma que he adquirido con el
tiempo y el trabajo personal realizado en los últimos años, gracias a mi hijo, a
una metodología de antaño, pues, como explicaré no había manera de que mi hijo
quisiera cambiar su actitud, a pesar de todos los trabajos realizados en los que
se le ayudaba a comprender que tuviese en cuenta el error de su acción, la
consecuencia de su acción y el efecto que esto producía en su entorno más
cercano, que era el trabajo, sus compañeros y jefe (padre).
Anécdota:
(seré breve)
Ian
trabaja en un negocio familiar de coches y maquinaria agrícola. A veces, se
atasca en algún trabajo y allá que voy a intentar desatascarle. A veces,
durante meses realiza algo de manera incorrecta y no me avisan hasta que en el
trabajo están hasta el moño de su actitud. En una de estas últimas situaciones
surge el siguiente problema: Ian recicla el cartón en un contenedor que hay en
la zona de residuos de la empresa. Sin embargo, también tira en el contenedor
los papeles, tipo papel de cocina, que utilizan los mecánicos para limpiarse
las manos y que se le ha dicho muchas veces que los tire a la basura. Por más
que se le dice que haga esto él no hace caso y pregunta a cada persona con la
que se tropieza dónde debe tirarlos, hasta que encuentra a la persona que le dice que el cartón y el
papel han de ir juntos en el reciclaje. De esta forma se siente bien al
encontrar la excusa para seguir haciendo lo que él quiere hacer, en lugar de hacer
lo que le dice el jefe, que además, es su padre. Pero, además de esto,
últimamente ha empezado a tirar al contenedor del cartón, plásticos, corcho e
incluso basura.
Tras
preguntarle por qué lo hace, su única razón es porque se lo ha dicho fulanito o
menganito y él hace caso de ellos más que de su padre, me contesta. Mi marido
no puede por el agobio de trabajo y también le cuesta frenar esto que se han
convertido en:
-
Lo hago así
porque quiero hacerlo así y yo también tengo derecho a hacer las cosas a mi
gusto.
Le
trabajo en la pizarra la situación, desde todos los ángulos que puedo y se me
ocurren como los que he comentado al principio y el hecho de que está muy bien
que tenga iniciativas, pero estas han de ser correctas y no molestar a su jefe,
compañeros etc. haciendo algo de manera incorrecta y que las iniciativas
incorrectas ha de cambiarlas le guste o no.
Me
adapto a su necesidad de tirar, sobre todo los papeles tipo cocina al
contenedor, y al comentárselo a Antonio, mi marido prepara un bidón de uso
exclusivo para esto en la zona de reciclaje de la empresa. Coloco un cartel
plastificado en el contenedor del cartón donde se lee “Solo cartón” Pero Ian
sigue tirando plástico y basura al contenedor del cartón.
Me doy
cuenta que no se trata de una incomprensión, sino de esa rebeldía innata y característica
de mi hijo, hablo con él y le digo:
-
El domingo,
mientras tu padre va a arreglar unas cosas al taller tú y yo vamos a ir para
que saques toda la basura que has ido metiendo en el contenedor de basura.
Él no me dice que no y cuando llega el domingo vamos
al taller. Hizo un fin de semana tremendamente caluroso, hace unas semanas
atrás así que estaba que se ahogaba haciendo este trabajo al que se resistía:
-
Mamá, me invitas
a un capuchino de la máquina?
-
Vale, pero cuando
termines.
-
Jooo, invítame
ahora.
-
No, solo te
invitaré cuando termines de sacar toda la basura del contenedor.
Conozco
a mi hijo y necesitaba una zanahoria delante para poder hacerlo, esto puede ser
muy habitual en los chic@ss con Aspeger, sin embargo, hacía tanta calor que
cuando ya llevaba 3 bolsas de las grandes llenas de basura dijo:
-
Ya no pienso
seguir sacando basura.
-
No quieres un
capuchino?
-
No, me da igual.-
Me dice harto de sudar.
-
Ah! Pues vale.-
le contesto sin más.
-
No voy a sacar
más basura.
-
Bueno, vale, haz
lo que quieras, pero aquí hemos venido a que saques toda la basura del
contenedor del cartón que, además, tú sabías que no tenías que tirar al
contenedor, de manera que como es domingo y tenemos todo el tiempo del mundo,
de aquí no nos vamos a comer hasta que no saques toda esa basura. Esas son
palabras mayores para Ian que de siempre ha tenido muy buen comer.
Ian llenó dos grandes bolsas más y dejó el contenedor
limpio de otras cosas que no fuesen cartón. Le invité al capuchino y cuando se
lo estaba bebiendo me dice:
-
Pero mañana
volveré a tirar basura al contenedor del cartón.
Con total tranquilidad le dije:
-
Bueno, hazlo. El
próximo domingo volveremos aquí para que quites toda la basura que hayas tirado
a lo largo de la semana.
El lunes me asomé al contenedor y vi dos bolsas de
plástico y le recordé que el domingo se metería en el contenedor a quitar todo
lo que hubiese tirado que no fuese cartón, entonces se apresuró a quitar las
dos bolsas y dijo:
-
No, las quito
ahora ¿vale?
-
Muy bien!! esa es
una actitud inteligente por tu parte.
Han pasado dos o tres semanas y no ha vuelto a llenar
el contenedor del cartón de otra cosa que no sea cartón.
Prueba superada!!!
Además de Asperger mi hijo tiene su propia
personalidad, y a veces hay que unir lo nuevo aprendido con lo de antaño para,
con calma, serenidad y firmeza darle a entender de alguna manera:- lo siento,
pero yo te dejo llegar hasta aquí.
Ahora, seguiremos trabajando en el cartón y es por el
hecho de que todas las cajas que tira en él las rompe a trocitos. Esto es algo
que no ha de hacer pues a veces, en la empresa necesitan cajas que si
estuvieran desmontadas únicamente, se podrían volver a utilizar al ponerles de
nuevo precinto, pero Ian se resiste a esto también ya que es algo que lleva
tiempo haciendo de manera incorrecta y su rigidez no se lo permite. Cuando le
pregunto me dice que le gusta más romperlas y que las rompe para que no se las
lleve el aire, cuando es justo lo contrario ya que si hace mucho aire, el
viento levanta los trocitos pequeños con mucha más facilidad. Pero se resiste a
ver esta perspectiva. Es posible también que romperlas le aporte alivio a la
ansiedad que pueda sentir en el trabajo o le aporte un estímulo sensorial al
manipular el cartón. Lo que trataré de averiguar entrando en acción de nuevo
para este problema. Ya os iré contando…
He sido todo lo breve posible jajajaja
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por vuestras palabras, ellas son un impulso para que este blog siga creciendo.