Tal vez esté equivocada, pero a pesar de las dificultades con las que nos enfrentamos todos los días por las diferentes características de mi hijo, no considero que él sufra o padezca de nada. Su forma de ver y sentir tiene matices distintos, que, por supuesto, son tan genuinos y ciertos como los míos, pues el hecho de que dichas peculiaridades pertenezcan al Espectro Autista no le resta capacidad para sentir, como solemos escuchar una y otra vez, sino más bien todo lo contrario, y de esto sabemos mucho los padres con hijos TEA (Trastornos del Espectro Autista).
Es posible que ser madre ejerza como bálsamo neutralizador y que el amor que siento por mi hijo me ayude a verlo perfecto tal y como es, sin embargo, no puedo dejar de observar el diferente trato que reciben las dificultades de los distintos síndromes que existen y el diferente sentir social que crean las minorías y sus complicaciones.
Yo, al igual que la mayoría de personas de este planeta, pertenezco al Síndrome Neurotípico, pues la gente típica, neurológicamente hablando, también tenemos un conjunto de características, es decir, un síndrome, y lo cierto es que nunca se me había ocurrido pensar que por el hecho de pertenecer al Síndrome Neurotípico o mayoritario, al que nadie puede eximir de abarcar otro y variado tipo de dificultades, pudiera estar sufriendo o padeciendo de nada.
A mi modo de ver, que como ya he dicho solo es el de una madre que hace una reflexión, hay una gran diferencia en la forma en que catalogamos las cosas los que tenemos un síndrome más generalizado.
Una de las dificultades que tienen las personas con Síndrome de Asperger, o según se dice padecen o sufren, es que les cuesta entender o percibir el estado mental de su interlocutor, algo que requiere de la ayuda necesaria para la integración social, fundamental para ayudarles y catalogado como negativo, pues les crea una serie de problemas a la hora de relacionarse con los demás. Hecho que por otro lado es cierto y que hemos de tratar de comprender, aceptar y solucionar. Pero qué pasa con la dificultad que tenemos las personas con Síndrome Neurotípico cuando, muy al contrario, percibimos en demasía el estado mental o emocional de nuestro interlocutor. O lo que es peor, cuando estamos totalmente convencidos de percibir, siempre y de forma acertada, cómo siente la persona que tenemos enfrente. Creo que solo hemos de observar un poco a nuestro alrededor (relaciones de pareja, familiares y de amistad), o incluso ver un rato los programas de la televisión, para darnos cuenta de la gran cantidad de conflictos de relaciones en la que nos mete esta dificultad que, curiosamente, solemos catalogar como capacidad.
Nosotros tenemos una capacidad y el resto padece una dificultad. Términos por cierto, totalmente opuestos. No deja de sorprenderme la capacidad que tenemos los Neurotípicos para registrar las cosas según nos conviene.
Afortunadamente, la ciencia va avanzando y tal vez no tardemos mucho en encontrar el motivo cerebral, neuronal etc. que nos permita ayudar a las minorías con sus dificultades; pero creo que no hemos de perder de vista los entresijos neuronales que padecemos la mayoría. Pues, no podemos ni debemos olvidar que son estas dificultades, que no capacidades, las que, verdaderamente, están poniendo en jaque al planeta y creando una sociedad cada vez más inhóspita. Resultados estos que no podemos excusar y mucho menos ignorar por pertenecer al síndrome mayoritario.
Gracias Aurora por crear este blog! Conocerte fue un auténtico placer y leer cada una de tus entradas será como seguir frecuentándote, cosa que por la distancia se dificulta... Como te dije en Oviedo, me encanta cómo expones tus pensamientos, que comparto, y celebro verlos plasmados de una manera tan clara. Enhorabuena! Un besazo! Fabi
ResponderEliminarQué alegría Fabi!! Gracias a ti, en mi corazón ha quedado registrada la conversación que mantuvimos de camino hacia el restaurante. Gracias por trasmitirme tan bonitos sentimientos con respecto al amor hacia los hijos. Un fuerte abrazo.
EliminarInteresante artículo. Realmente las personas con síndrome neurológico típico, que somos la mayoría, no organizamos demasiado bien el mundo ni les relaciones sociales, más bien todo lo contrario, como vemos a diario hoy en día. A ver si encontramos una terapia milagrosa que nos permita mejorar... Un saludo!
ResponderEliminarMuy milagrosa va a tener que ser!! jeje. Muchas gracias por tu comentario
EliminarHola Aurora: Supe de vos a través de Fabi, quien me envió este artículo, que me resultó sumamente interesante y que presenta otra visión del tema, y a la cual adhiero. Respetuosamente, quisiera hacer alguna acotación, en primer término en relación a la palabra tolerancia. Si bien ha sido universalmente utilizada con el sentido que le das en tu texto, la semántica es uno de los temas en los que trato de ser sumamente cuidadoso. Tolerancia me parece aceptar al otro a pesar de ser como es; yo prefiero la palabra "Aceptación" -aunque parezca una perogrullada, o cuando menos redundante- ya que implicaría aceptar al otro precisamente como es.
ResponderEliminarEn segundo término, los neurotípicos, en muchos aspectos, actuando conforme a lo socialmente esperado, terminan funcionando como rebaño. No será que los "diferentes" -inconscientemente, ya que no los anima ninguna intencionalidad, ni pretensión de profitar con ello- mediante su conducta, ponen en evidencia esa actitud de rebaño de los neurotípicos, y como ya sabemos, cuando la cara no nos gusta, solemos echarle la culpa al espejo.
En tercer lugar, cabe aclarar que mi opinión tiene su sesgo ya que reconozco en mí mismo ciertos rasgos AS.
Por interpósita persona, ha sido un placer conocerte.
Hola Vercoquin, gracias por la acotación. La verdad es que tienes razón; es mucho mejor aceptar que tolerar y de hecho hay una gran diferencia. Sí los neurotípicos funcionamos como rebaños, admiramos al que se sale de él pero, a la vez, no dejamos de juzgarle.
EliminarGracias por tus palabras y saluda a Fabi de mi parte
Un saludo