Quedan dos días para el viaje de fin de curso y de pronto han aflorado los miedos de Ian. Sorprendiéndome, nunca antes me había podido explicar estas cosas. Estábamos comiendo y me dice a bocajarro:
- Yo no voy al viaje...
Me ha dejado con cara de tonta ¿?
- ¿He escuchado bien?- le pregunto.
- ¡¡Síii!!, que no quiero ir a Madrid.
- ¿Y cómo es eso posible? llevas dos años diciendo que querías ir a Madrid, y ahora que tienes la posibilidad... te has tirado dos semanas diciendo a cada 20 segundos lo contento que estás porque te vas a Madrid y ahora ¡¡me dices esto!! ¿Por qué?
- ¡Para que no me eches de menos!, no quiero que te pongas triste.
- No voy a estar triste, tres días no son suficientes para echar de menos a una persona. Solo pensaré de vez en cuando en ti y me preguntaré:
¿Qué estará haciendo ahora Ian?, miraré el itinerario del viaje y sabré más o menos dónde estás...¿Tú quieres que yo te eche de menos?
- ¡Noo!
¿De qué tienes miedo?
- Del tren- me dice enfadado.
- ¿Y qué es lo que te asusta del tren? ¡Tú ya has subido en tren!
- ¡Pero el Ave va muy deprisa!
- Solo va un poco más rápido que el tren normal, pero eso desde dentro no se nota. ¡No te preocupes!
- ¿Va igual desde dentro?
- Sí, tranquilo, que tú no lo vas a notar.
- ¿En cuántos sitios paramos?
- En dos o tres... creo, pero si quieres lo miramos esta noche por internet para estar más seguros.
- ¡¿Para qué tiene que parar?!- me dice medio enfadado.
- Para que suba y baje gente de otras ciudades, no todo el que sube en el tren va a Madrid, algunos van a Almansa o Albacete y desde allí también hay gente que sube para ir a Madrid.
Parece que las últimas dudas las ha podido disipar hoy...¡espero! Porque se ha quedado bastante tranquilo refiriéndose al viaje con alegría otra vez.
Estoy muy requetecontenta de que haya podido expresarme sus miedos con facilidad, sin demasiada ayuda y solo de manera oral.
- Yo no voy al viaje...
Me ha dejado con cara de tonta ¿?
- ¿He escuchado bien?- le pregunto.
- ¡¡Síii!!, que no quiero ir a Madrid.
- ¿Y cómo es eso posible? llevas dos años diciendo que querías ir a Madrid, y ahora que tienes la posibilidad... te has tirado dos semanas diciendo a cada 20 segundos lo contento que estás porque te vas a Madrid y ahora ¡¡me dices esto!! ¿Por qué?
- ¡Para que no me eches de menos!, no quiero que te pongas triste.
- No voy a estar triste, tres días no son suficientes para echar de menos a una persona. Solo pensaré de vez en cuando en ti y me preguntaré:
¿Qué estará haciendo ahora Ian?, miraré el itinerario del viaje y sabré más o menos dónde estás...¿Tú quieres que yo te eche de menos?
- ¡Noo!
¿De qué tienes miedo?
- Del tren- me dice enfadado.
- ¿Y qué es lo que te asusta del tren? ¡Tú ya has subido en tren!
- ¡Pero el Ave va muy deprisa!
- Solo va un poco más rápido que el tren normal, pero eso desde dentro no se nota. ¡No te preocupes!
- ¿Va igual desde dentro?
- Sí, tranquilo, que tú no lo vas a notar.
- ¿En cuántos sitios paramos?
- En dos o tres... creo, pero si quieres lo miramos esta noche por internet para estar más seguros.
- ¡¿Para qué tiene que parar?!- me dice medio enfadado.
- Para que suba y baje gente de otras ciudades, no todo el que sube en el tren va a Madrid, algunos van a Almansa o Albacete y desde allí también hay gente que sube para ir a Madrid.
Parece que las últimas dudas las ha podido disipar hoy...¡espero! Porque se ha quedado bastante tranquilo refiriéndose al viaje con alegría otra vez.
Estoy muy requetecontenta de que haya podido expresarme sus miedos con facilidad, sin demasiada ayuda y solo de manera oral.
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