Hola a todas y todos, ¡ahí vamos de nuevo! Esta vez, en Valencia en el Centro de Evaluación Diagnóstico e Intervención Infantil CEDIN que dirige Lola Garrote, psicóloga clínica y escolar. Una gran profesional que realiza una labor maravillosa con las personas y personitas con TEA.
Desde aquí, también quiero dar las gracias a Lola por la confianza, al contar conmigo (una madre) en la elaboración de un taller práctico para padres y profesionales en su centro.
Será un taller práctico individualizado, ya que cada persona que asista trabajará una de las dificultades en la que sus hijos o alumnos necesiten ayuda en esos momentos; bien sea con historias sociales, historias sociales activas u otro tipo de estrategias de intervención (economía de fichas, planificación, etc.)
Los talleres prácticos que suelo compartir con otros padres y profesionales tienen tres objetivos básicos y fundamentales:
El primero aportarles herramientas necesarias para intervenir en la educación de sus hijos y alumnos con TEA de una manera adecuada a la comprensión de los chicos. Personalizada y diferente a la que nosotros hemos experimentado, ya que nuestro aprendizaje está basado, generalmente, en una educación neurotípica; lo que, inevitablemente, la convierte en un modelo inadecuado para los niños con TEA, pues estos necesitan una metodología distinta; estructurada, esquematizada y visual que les ayude a comprender la sociedad y a adaptarse a ella en la medida del ritmo que cada uno precise.
En los talleres prácticos también se adquieren muchas ideas que surgen de todos los asistentes; EL GRUPO, que de manera individual aporta sus experiencias y colectiva, pues las pone al servicio de los demás; contribuyendo a que todos aprendamos más y mejor de una forma, amena, real y natural para una mayor comprensión de las características que definen a nuestros chicos, de nuestros sentimientos al respecto y de esas emociones que se generaran en nuestro interior al descubrir, en no pocas ocasiones, dónde se encuentran realmente esos errores e inconvenientes que no nos permiten avanzar en la convivencia.
Ser conscientes de este descubrimiento promueve un cambio en nuestra actitud como educadores, pues nos hace ver que no somos barcos a la deriva con respecto a la educación de nuestros chicos, sino que somos quienes podemos coger con firmeza el timón para conducir nuestras vidas hacia momentos de paz y felicidad, esos que sin la comprensión y las armas necesarias pueden ser casi nulos.
Esas herramientas e ideas serán las que nos ayudarán, tanto a los chicos como a los adultos, a poder salir, poco a poco, de ese círculo vicioso de errores continuos, sociales, emocionales o de comprensión que solemos experimentar ambas partes cuando no sabemos qué pasa o cómo podemos ayudar.
Y aquí entra el segundo objetivo ya que para eso hemos de hacernos conscientes de que hay que hacer ciertos cambios en nuestra forma de actuar y educar (paterna o docente), para adaptarnos a las necesidades de los chicos.
Pues no son solo ellos los que han de adaptarse al colectivo social, sino que es también la sociedad la que ha de hacer cambios para poder conocer, comprender y aceptar sus particularidades y necesidades como lo que son; la muestra evidente de la diversidad que existe, si es que pretendemos que algún día (¡esperemos no muy lejano!) haya una verdadera inclusión social para las personas con Trastorno del Espectro Autista.
¡La sociedad también precisa de ciertos cambios! y esto no es solo una opinión personal, sino que es un clamor general.
Entonces, aportemos nuestro granito de arena a este proyecto desde nuestras circunstancias.
En nuestro caso, creo que lo conseguiríamos con mayor efectividad si situásemos la mayor responsabilidad en el lugar que corresponde; es decir, empezando a comprender, aceptar y practicar, desde dentro del hogar, todas esas pautas que nos transmiten y enseñan los profesionales especializados en TEA. Pues es en casa especialmente y también en los colegios, donde todo ha de germinar y florecer para que pueda existir una base sólida de conocimiento y experiencia diaria, que aporte al conjunto colectivo todo el saber necesario para que se preste a conocerles. Todos sabemos que la sociedad requiere de los resultados y de múltiples casos y estadísticas, antes de poder modificar la creencia que ha prevalecido durante años hacia las personas con TEA. Esa que les ha descrito como enfermos incapaces de sentir. Un gravísimo error que hay que corregir con tesón. No solo acudiendo a la necesaria ayuda profesional de unas horas semanales, sino movilizándonos y trabajando a diario en casa con ellos y en colaboración con los profesionales del colegio y especializados en TEA.
¿Qué sentido tendría exigir una comprensión y colaboración a la sociedad cuando ni siquiera en casa les comprendemos, conocemos o aprendemos la forma de ayudarles?
Por eso y para ser coherentes con lo que estamos diciendo todos necesitaremos asumir el:
El tercer objetivo que es el de que entendamos que con un par de talleres no basta para lograr todo lo mencionado pues, cambiar costumbres arraigadas no es sencillo; hablamos de un cambio de modelo educativo que ha de basarse en la comprensión hacia unas características diferentes a las nuestras y que, por si no fuera bastante, la mayoría no conoce. Por lo que esa comprensión no solo nos llevará tiempo, dedicación y requerirá de mucha paciencia por nuestra parte, sino que también necesitará de mucha constancia para poder comprobar que la metodología que estamos aprendiendo no solo les proporcionará a ellos las pautas que necesitan para comprender el mundo que les rodea, sino que también nos aportará a nosotros seguridad, calma y control de muchas de las situaciones que antes se nos iban de las manos, contribuyendo a que nuestra vida fuese caótica y nos hiciese a todos infelices.
Y esto se consigue, no solo con esa comprensión imprescindible de la que hablábamos, sino también con la práctica; que es la realización de una actividad de una forma continuada y conforme a sus reglas o la habilidad o experiencia que se adquiere con la realización continuada de dicha actividad.
El primero aportarles herramientas necesarias para intervenir en la educación de sus hijos y alumnos con TEA de una manera adecuada a la comprensión de los chicos. Personalizada y diferente a la que nosotros hemos experimentado, ya que nuestro aprendizaje está basado, generalmente, en una educación neurotípica; lo que, inevitablemente, la convierte en un modelo inadecuado para los niños con TEA, pues estos necesitan una metodología distinta; estructurada, esquematizada y visual que les ayude a comprender la sociedad y a adaptarse a ella en la medida del ritmo que cada uno precise.
En los talleres prácticos también se adquieren muchas ideas que surgen de todos los asistentes; EL GRUPO, que de manera individual aporta sus experiencias y colectiva, pues las pone al servicio de los demás; contribuyendo a que todos aprendamos más y mejor de una forma, amena, real y natural para una mayor comprensión de las características que definen a nuestros chicos, de nuestros sentimientos al respecto y de esas emociones que se generaran en nuestro interior al descubrir, en no pocas ocasiones, dónde se encuentran realmente esos errores e inconvenientes que no nos permiten avanzar en la convivencia.
Ser conscientes de este descubrimiento promueve un cambio en nuestra actitud como educadores, pues nos hace ver que no somos barcos a la deriva con respecto a la educación de nuestros chicos, sino que somos quienes podemos coger con firmeza el timón para conducir nuestras vidas hacia momentos de paz y felicidad, esos que sin la comprensión y las armas necesarias pueden ser casi nulos.
Esas herramientas e ideas serán las que nos ayudarán, tanto a los chicos como a los adultos, a poder salir, poco a poco, de ese círculo vicioso de errores continuos, sociales, emocionales o de comprensión que solemos experimentar ambas partes cuando no sabemos qué pasa o cómo podemos ayudar.
Y aquí entra el segundo objetivo ya que para eso hemos de hacernos conscientes de que hay que hacer ciertos cambios en nuestra forma de actuar y educar (paterna o docente), para adaptarnos a las necesidades de los chicos.
Pues no son solo ellos los que han de adaptarse al colectivo social, sino que es también la sociedad la que ha de hacer cambios para poder conocer, comprender y aceptar sus particularidades y necesidades como lo que son; la muestra evidente de la diversidad que existe, si es que pretendemos que algún día (¡esperemos no muy lejano!) haya una verdadera inclusión social para las personas con Trastorno del Espectro Autista.
¡La sociedad también precisa de ciertos cambios! y esto no es solo una opinión personal, sino que es un clamor general.
Entonces, aportemos nuestro granito de arena a este proyecto desde nuestras circunstancias.
En nuestro caso, creo que lo conseguiríamos con mayor efectividad si situásemos la mayor responsabilidad en el lugar que corresponde; es decir, empezando a comprender, aceptar y practicar, desde dentro del hogar, todas esas pautas que nos transmiten y enseñan los profesionales especializados en TEA. Pues es en casa especialmente y también en los colegios, donde todo ha de germinar y florecer para que pueda existir una base sólida de conocimiento y experiencia diaria, que aporte al conjunto colectivo todo el saber necesario para que se preste a conocerles. Todos sabemos que la sociedad requiere de los resultados y de múltiples casos y estadísticas, antes de poder modificar la creencia que ha prevalecido durante años hacia las personas con TEA. Esa que les ha descrito como enfermos incapaces de sentir. Un gravísimo error que hay que corregir con tesón. No solo acudiendo a la necesaria ayuda profesional de unas horas semanales, sino movilizándonos y trabajando a diario en casa con ellos y en colaboración con los profesionales del colegio y especializados en TEA.
¿Qué sentido tendría exigir una comprensión y colaboración a la sociedad cuando ni siquiera en casa les comprendemos, conocemos o aprendemos la forma de ayudarles?
Por eso y para ser coherentes con lo que estamos diciendo todos necesitaremos asumir el:
El tercer objetivo que es el de que entendamos que con un par de talleres no basta para lograr todo lo mencionado pues, cambiar costumbres arraigadas no es sencillo; hablamos de un cambio de modelo educativo que ha de basarse en la comprensión hacia unas características diferentes a las nuestras y que, por si no fuera bastante, la mayoría no conoce. Por lo que esa comprensión no solo nos llevará tiempo, dedicación y requerirá de mucha paciencia por nuestra parte, sino que también necesitará de mucha constancia para poder comprobar que la metodología que estamos aprendiendo no solo les proporcionará a ellos las pautas que necesitan para comprender el mundo que les rodea, sino que también nos aportará a nosotros seguridad, calma y control de muchas de las situaciones que antes se nos iban de las manos, contribuyendo a que nuestra vida fuese caótica y nos hiciese a todos infelices.
Y esto se consigue, no solo con esa comprensión imprescindible de la que hablábamos, sino también con la práctica; que es la realización de una actividad de una forma continuada y conforme a sus reglas o la habilidad o experiencia que se adquiere con la realización continuada de dicha actividad.
Porque es cierto que la información es poder, sin embargo la información ha de dar paso al uso, a la experiencia y a la costumbre o de lo contrario sabremos muchas cosas que no nos servirán para nada.
Espero que todo este despliegue de compromiso no nos asuste, sino que nos motive con fuerza para que, entre todos, podamos lograr un mundo mejor, donde nuestros hijos y alumnos tengan el lugar que se merecen.
Espero que todo este despliegue de compromiso no nos asuste, sino que nos motive con fuerza para que, entre todos, podamos lograr un mundo mejor, donde nuestros hijos y alumnos tengan el lugar que se merecen.
Ya estoy inscrita y deseando aprenderrrrrrrrrrrr¡¡¡¡
ResponderEliminarademás de darte un achuhón .... y trae el boli para firmar libros .... muaccccssss
Anche Broh
Qué bien Ángeles, por fin nos vamos a conocer!!!!! Me llevaré el boli sí, jajajaja. Muchos besostes y achuchones de momento virtuales
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